Puntada a puntada
Tejo recuerdos
con puntadas invisibles,
con calma, sin prisa, uniendo la vida
para darle sentido.
Unos me hacen sonreír,
y revoloteo por el cielo infinito
y en las entrañas
me aletean pajarillos y mariposas
de múltiples colores, de bulliciosos sonidos.
Y no quiero salir de ese eterno sueño
que me reconforta y acrecienta la pasión,
también el deseo, el anhelo de quedarme allí para siempre.
Otros, al evocarlos, hacen caer por mis mejillas
lágrimas como ríos de invierno,
y la gélida amargura se agarra al pecho,
y no es suficiente el llanto sonoro para
desanudar la madeja de angustia, de malestar,
de pena, que inunda y encharca mis ojos tristes.
En este azud que a veces me eleva,
a veces me soterra, transito los días,
confeccionando un mapa a mi medida,
desgarrando jirones borrosos,
pegando trocitos de memoria
que no quiero perder,
con puntadas invisibles,
con calma, sin prisa, uniendo la vida
para darle sentido.
Unos me hacen sonreír,
y revoloteo por el cielo infinito
y en las entrañas
me aletean pajarillos y mariposas
de múltiples colores, de bulliciosos sonidos.
Y no quiero salir de ese eterno sueño
que me reconforta y acrecienta la pasión,
también el deseo, el anhelo de quedarme allí para siempre.
Otros, al evocarlos, hacen caer por mis mejillas
lágrimas como ríos de invierno,
y la gélida amargura se agarra al pecho,
y no es suficiente el llanto sonoro para
desanudar la madeja de angustia, de malestar,
de pena, que inunda y encharca mis ojos tristes.
En este azud que a veces me eleva,
a veces me soterra, transito los días,
confeccionando un mapa a mi medida,
desgarrando jirones borrosos,
pegando trocitos de memoria
que no quiero perder,
que no puedo dejar en el olvido,
porque gracias a ellos, mereció la pena,
aunque fuera un solo instante,
caminar por este mundo.
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