Un simple gorgojo en su vida


Me he levantado somnoliento y con dolor de cabeza. Soñaba plácidamente, y de pronto me le despertado sobresaltado, ya no he vuelto a dormirme, todo ha sido por culpa de mi madre, ayer me dijo que no iba a visitarla y, es verdad, últimamente tengo mis pensamientos en otro sitio.

Sofía Cortés, así se llaman mis cavilaciones. Ella no sabe que existo, yo la observo, unas veces de lejos, otras me aproximo pero soy invisible para ella. Trabaja en una tienda, frente al lugar en el que suelo comer los días en que mis compromisos laborales me hacen permanecer en la oficina la tarde completa.

    Desafío mensual. Revista Literatta
  • Mamá está sola, papá la ignora y el petardo de Moisés, mi hermano, vive lejos de nosotros. 
Me siento siempre junto a la cristalera del bar y la veo moverse con soltura dentro del local de chocolates de Bariloche. La desnudo con mi imaginación, la beso y respiro a escasos centímetros de su boca, pero Sofía no se inmuta, no me devuelve la mirada y mucho menos la ternura que yo le regalo.
  • Mamá debería de buscarse amigas con las que salir, eso le haría bien, a mí también. 

Un día le diré a Sofía que la quiero, seguramente el día que no vea aparecer a ese hombre de complexión fuerte, que se pasea con una bolsa de deporte en la mano, con una sonrisa decorando su cara de semental y una rosa roja en la otra los días que viene a visitarla, y que suelen coincidir con los que yo mastico sin gana alguna alimentos insípidos que después regurgitaré en casa cual pajarillo que le da de comer a su prole.
  • Mamá me exaspera, exige en demasía mi atención. 
Otras veces imagino, camuflado tras la vidriera en la que se pueden leer los platos del día, que ese hombre soy yo, que le llevo no una flor, sino todo un ramo, porque ella, una mariposa multicolor, necesita el néctar para subsistir, y así me convierto en su héroe salvador, aunque cuando comprendo la purita realidad, agachado sobre la taza del wáter, arrojando por el desagüe la ensalada de frutos del mar, adivine lo que soy, un simple gorgojo en su vida.
  • Esta tarde le compraré a mamá una “Caja de chocolate surtido corazón”, sus preferidos.
En la descripción que aparece en un lateral del estuche, indica que su diseño de corazones es ideal para regalar a tus seres queridos. Sofía también me lo refirió la última vez que me envolvía la caja grande. ¡Cómo me gustaría presentarle a Sofía a mamá! O mejor, ¡cómo me gustaría comprarle a Sofía una gran caja de bombones! Algo imposible, porque aunque soñé con ella anoche, ahora lo recuerdo, la realidad me estallará de lleno al entrar en la “Chocolatería La Mexicana”, como siempre me pasa al traspasar su umbral, sé que no podré alcanzarla, sé que si me acerco demasiado emprenderá la huída, puede hacerlo, ya sabéis, que tiene alas de mariposa.

 

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