Lego la nada

Bebió un trago de agua, largo, tan largo como un día nublado. Estaba sentado en el borde de la cama con los pies descalzos, en la mesilla de noche descansaba una flor, también un ejemplar de Borges, un lápiz sobresalía de entre las páginas, lo abrió y leyó “El suicida”. 

El libro se lo había regalado Rebeca, la dedicatoria “te querré siempre” decoraba tímidamente la portadilla. La flor la había cortado la noche anterior del rosal del parque donde rompió con ella. Cerró bruscamente el libro, se lo puso debajo del brazo izquierdo, cogió la flor, la machacó con su diestra y la tiró con indolencia al suelo, después de pisotearla continuó su marcha musitando: “…lego la nada a nadie…” 


por Jorge Luis Borges  

No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.


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Texto presentado al concurso literario "Las flores de tu vida" podéis leerlo en su Web.

Enlace: "Lego la nada"


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