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Tu ausencia

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Tu ausencia ya no me duele, tu recuerdo, a veces, vaga por mis sueños rotos y te robo un beso furtivo que guardo junto a las lágrimas derramadas en el vacío del que fue, en un tiempo, mi corazón feliz. El tiempo pasa

Puntada a puntada

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Tejo recuerdos con puntadas invisibles, con calma, sin prisa, uniendo la vida para darle sentido. Unos me hacen sonreír, y revoloteo por el cielo infinito y en las entrañas me aletean pajarillos y mariposas de múltiples colores, de bulliciosos sonidos. Y no quiero salir de ese eterno sueño que me reconforta y acrecienta la pasión, también el deseo, el anhelo de quedarme allí para siempre. Otros, al evocarlos, hacen caer por mis mejillas lágrimas como ríos de invierno, y la gélida amargura se agarra al pecho, y no es suficiente el llanto sonoro para desanudar la madeja de angustia, de malestar, de pena, que inunda y encharca mis ojos tristes. En este azud que a veces me eleva, a veces me soterra, transito los días, confeccionando un mapa a mi medida, desgarrando jirones borrosos, pegando trocitos de memoria que no quiero perder,  que no puedo dejar en el olvido, porque gracias a ellos, mereció la pena, aunque fuera un solo instante, caminar por este mundo.

Dime

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Dime si alguna vez el viento te ha susurrado al oído mi nombre. Si al escuchar aquella canción el sonido de la nota “la” la transformarte en “ella” porque te recordaba a “mí” . Dime si cuando duermes tu sueño encuentra mis manos y las caricias se vuelven salvajes. Si al despertar, tu corazón acelerado, sangra atravesado por la flecha de Cupido , y brota y mana el líquido a borbotones y descubres que no sabes como vendar la herida. Dime si es ternura o adoración lo que sientes, si la libido se convierte en lujuria, si el amor en delirio, si el deseo en frenesí. Dímelo todo, confiesa, porque no hallo cordura, en esta demente sinrazón, de no poder tenerte aferrado a mi lado.

Original y copia

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Recorro su cabecita con mis membranosas manos y escenifico ante sus ojos un baile sensual. Es carnaval, los disfraces de dragones abundan este año. Ella, joven, menuda, copia mi contoneo. Me acerco a escasos centímetros de su oído y en un sutil susurro asevero:   —¡Me fascina tu disfraz de dragona!  Inmediatamente doy un paso atrás, sonrío a la par que escupo fuego por la boca, no es maldad, es solo que me divierte escuchar sus gritos y ver esa cara de horror que se les queda. Imagen: <a href='https://www.freepik.es/vectores/dragon-chino'>Vector de dragon chino creado por freepik - www.freepik.es</a>

Isabel Allende. Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas

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Título: Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas Autora: Isabel Allende "En Mujeres del alma mía Isabel Allende nos invita a acompañarla en este viaje personal y emocional donde repasa su vinculación con el feminismo desde la infancia hasta nuestros días. Recuerda a algunas mujeres imprescindibles en su vida, como sus añoradas Panchita (su madre), Paula (su hija) o su agente Carmen Balcells; a escritoras relevantes como Virginia Woolf o Margaret Atwood ; jóvenes artistas que aglutinan la rebeldía de su generación o, entre otras muchas, a esas mujeres anónimas que han sufrido la violencia y que llenas de dignidad y coraje se levantan y avanzan... Ellas son las que tanto le inspiran y tanto le han acompañado a lo largo de su vida: sus mujeres del alma. Finalmente, reflexiona también sobre el movimiento #MeToo -que apoya y celebra-, sobre las recientes revueltas sociales en su país de origen y, cómo no, sobre la nueva situación que globalment

Lola en los acantilados de Moher

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Lola escribía velozmente a máquina. Lo hacía con solo cuatro de sus diez estilizados dedos. Seguía haciéndolo en una máquina de escribir manual, concretamente en una reluciente e inmaculada Valentine Olivetti , color rojo intenso, del año 69, porque decía que los ordenadores estaban endemoniados y le robaban las ideas y hasta las palabras.   Olivetti Valentine Lola rondaba los sesenta y tantos años, aunque nunca confesó su edad verdadera, ni siquiera a Eulalia, su mejor amiga y compañera de juergas diurnas y nocturnas, excursiones, charlas y partidas de cartas. Lola fumaba tabaco de liar marca Peterson Iris Dew aunque tenía miedo al cáncer este nunca la matará. Lola adoraba el ron, la playa, la música y escribir a máquina como ya hemos comentado. A veces lo mezclaba todo y la combinación le salía perfecta, su mundo era sublime. Las historias que contaba en el periódico local en el que publicaba semanalmente su columna titulada “ Mi ciudad, su entorno, todo un misterio ” conmovían a

Un viaje más largo

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Me gusta ver a la paloma descansando tranquilamente en un pequeño hueco que ha ideado como hogar en el tejado de la casa de enfrente. Eso quiere decir que no se avecina un terremoto, porque seguramente saldría huyendo para buscar la seguridad del cielo abierto. Es raro pensar en esto cuando el mundo está golpeado por una pandemia, que por ahora parece imposible de solucionar, pero mi mente ya ha vagado por muchos mundos insospechados, así que por qué no iba a surcar este también. Donde vivo no suelen producirse seísmos, por lo menos los que recuerdo era yo tan pequeña que ha tenido que ser una idea forjada en mi cabeza a base de comentarios ajenos. La memoria infantil es tan etérea que no, no es un recuerdo certero, me lo han metido en la sesera a base de relatos de tardes de domingo de batallas vetustas sentada al calor de la chimenea. Ya rozo una edad cercana a la jubilación y ahora una pandemia esto sí que ninguno de nosotros creía que iba a vivir, otros por desgracia la van a re

El dislate

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Quizás sea mejor no llevarles la contraria, han venido todos, veo a los niños corretear entre las sillas, me han traído flores, visten sus mejores galas, hacía años que no nos hablábamos, es lindo verlos aquí, los adultos charlan a gritos como es costumbre en mi familia, alguno ríe, nadie llora, lo malo, por poner una pega absurda es que han abierto una fosa en la tierra, oigo decir que para mi entierro, me llevan en volandas hacia ella, es profunda y oscura, y yo, todavía incapaz de mover un músculo, me abandono ¡es lo que tiene ser cataléptica!  

Castillo de Salobreña (Granada)

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Salobreña es una ciudad perteneciente al municipio de Granada en la región de Andalucía (España). Ubicación : Coordenadas geográficas de Salobreña, España, en grados decimales: Longitud: -3.5871700 Latitud: 36.7427700 Coordenadas geográficas de Salobreña, España, en grados y minutos decimales: Longitud : O3°35'13.81" Latitud : N36°44'33.97" Altitud :                     95 msnm (mín: 0, máx: 160) Superficie :              34,91 km² Población :              12 513 hab. (2020) Vista desde el Castillo de Salobreña Vista del Castillo desde la Playa del Caletón Entrada a la Calle Bóveda Calle Bóveda  Ventana en Calle Bóveda  Calle Nuestra Señora del Rosario Vista de Salobreña y Parroquia  Castillo de Salobreña: Desde el siglo X hay fuentes árabes sobre la existencia de este castillo. Está ubicado en un promontorio rocoso de unos 100 metros de altura. Se encuentra a una altitud de 73 metros sobre el nivel del mar y se halla separado de la línea del mar unos 500 metros. ESTR

Tomy y Kim, un verano en casa

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El ratón quedó atrapado en el balcón de la casa, por suerte mi hermano y yo conseguimos saltar en el último momento hasta el saliente que había entre la terraza y el murete desde el que se elevaba la ventana de la buhardilla, fue justo antes de que la persiana del salón cayera completamente al suelo y se oyera girar la llave en la cerradura de la galería con dos vueltas completas.  Escalando, llegamos al tejado. Desde esa posición, quietos, vimos como Luc y Emma metían en el coche maletas, sombrillas, un par de cajas de cartón y una nevera portátil de color rojo. Lo dispusieron cuidadosamente ordenado entre el maletero y los asientos de detrás del BMW gris metalizado recién adquirido y recién lavado para salir de viaje. Cuando lo tenían todo listo Emma nos llamó, parecía desesperada al no encontrarnos: — Tomy , Kim , — dijo — , pero ninguno de los dos desde nuestra atalaya hicimos el más mínimo caso. Cloe , el bulldog francés, babeaba nervioso sin saber si montarse en el